Rendimiento semanal al 1 de abril de 2022:
S&P 500: +0,06%
Nasdaq: +0,65%
Dow Jones: -0,12%
El primer trimestre del año cerró con señales mixtas para los mercados financieros. Las perspectivas de una política monetaria más estricta, el aumento de las presiones inflacionarias, la incertidumbre sobre el conflicto en Ucrania, los recientes cierres en China, y las señales de una economía estadounidense resiliente han influido en el ánimo de los inversores durante los últimos meses.
En el mercado accionario de EE. UU., el S&P 500 cerró el trimestre con una caída del 4,9%, su peor registro desde el 1T20, presionado a la baja, principalmente, por los sectores de tecnología, bienes raíces y telecomunicaciones. Por el contrario, los sectores de energía y servicios públicos, dado el aumento de los precios del petróleo y otras materias primas, se dispararon durante el período, señalando la preferencia de los inversores por las acciones de valor sobre las empresas de crecimiento más costosas.
En todo caso, la imagen apuntaba a ser peor a mediados de marzo, cuando el índice de referencia mencionado anteriormente bajaba más del 10% en lo corrido del año. Pero desde entonces, y con el desempeño de la semana pasada, que selló la tercera semana consecutiva en territorio positivo, el optimismo del mercado se ha recuperado, en parte debido a un aparente progreso, aunque frágil, en el conflicto en Ucrania.
Además, la reciente recuperación en las bolsas se desarrolló, de manera sorprendente, a la par de la continúa presión en el mercado de bonos, que registró su peor trimestre en varias décadas. Un índice del Tesoro de Bloomberg mostró que el mercado de renta fija de EE. UU. perdió más del 5% a lo largo del trimestre.
El mercado de deuda pública se ha visto sacudido por las perspectivas de una política monetaria más estricta, juzgada como necesaria para controlar las presiones inflacionarias en las economías desarrolladas. En particular, se espera que la Reserva Federal agregue 8 o 9 alzas de 25 bps al rango objetivo de fondos federales este año, fijando su límite superior en 2.5% o incluso 2.75%.
Esa expectativa ha empujado el rendimiento de la referencia de corto plazo (a 2 años) a 2,45% desde su lectura de 0,73% a principios de año. Por otro lado, durante el mismo período, el rendimiento de la referencia a 10 años aumentó de 1,6% a 2,4%. La presión para vender bonos se fortaleció el viernes, cuando se informó que la tasa de desempleo de EE. UU. cayó al 3,6% en marzo (cerca de su mínimo previo a la pandemia del 3,5%).
Con todo ello, el trimestre terminó con tasas a más largo plazo operando por debajo de las de corto plazo (una «inversión de la curva»). Dado que este diferencial muy seguido ha anticipado previamente recesiones para la economía de EE. UU., los inversores ahora están discutiendo si los esfuerzos de la Reserva Federal necesarios para reducir la inflación pueden obstaculizar la economía. Por el momento, los funcionarios señalan que este no sería el caso, aunque la crisis mundial de la oferta de materias primas sugiere lo contrario.
La publicación de esta semana de las minutas de la reunión de marzo de la Fed, así como algunos discursos de los funcionarios del banco central de EE. UU., junto con indicadores líderes económicos y del mercado laboral, podrían agregar información a los inversores en el arranque del segundo trimestre del año.
Enlaces de interés:
- https://www.bbc.com/news/business-60954808
- https://www.bbc.com/news/business-60950507
- https://www.reuters.com/business/energy/biden-release-1-mln-barrels-oil-day-ease-pump-prices-2022-03-31/
- https://www.economist.com/finance-and-economics/2022/04/02/can-the-fed-pull-off-an-immaculate-disinflation
- https://www.wsj.com/articles/global-stocks-markets-dow-update-04-01-2022-11648798352